La vida de Cervantes fue tan novelesca y apasionante como cualquiera de sus historias. Las aventuras comienzan con su huida a Italia, a los veintidós años de edad, perseguido por la justicia española. Allí entrara al servicio del cardenal Julio Acquaviva, para enrolarse más tarde en la armada española para luchar en la batalla de Lepanto, donde resultaría herido de gravedad. Tras recuperarse en parte de sus heridas, prolongaría cuatro años su paso por el ejército hasta que decide regresar a España, con tal mala fortuna que su barco es atrapado por piratas del Mediterráneo que lo mantienen cinco años cautivo en Argel. Tras liberarse, trabajaría durante años como comisario de abastos, recorriendo los caminos y las posadas de Andalucía, donde coincidiría con personajes de toda clase. Sólo al final de su vida publicaría la mayoría de las obras que hoy conocemos de él.