Lo que no se ve desea explorar paradójicamente la caída de la supremacía de la visión como centro que nos ordena y nos da información. Lo que no se ve es una escena donde la piel nos informa y las sensaciones son materia. Un espacio sin una proyección hacia otro que nos mira (espectador) sino potenciando un estar que entiende al otro como parte de la propia acción performativa. Todo es dentro y fuera de la acción. Los intérpretes narran continuamente recorridos que podrían ser reales o ficcionales y que en sus cruces crean nuevos imaginarios. Todo esto, dentro del aparataje teatral, es una paradoja a resolver y por tanto una escena que se cuestiona a si misma. La invisibilidad cómo situación así como la imaginación como maneras de construir mundo, formarán parte de la propuesta escénica. Esta es una escena que se desborda, un cotidiano atravesado por tod@s los jugadores de esta partida escénica. Una escena entre vacía y llena de señales, apuntamientos, sugerencias.